Te invitamos a conocer más sobre las costumbres y la cultura que sirvieron de base para la producción animada de Disney y Pixar.
Precaución: ¡El siguiente artículo contiene spoilers!
Luca, película animada que puedes disfrutar en Disney+, presenta a un monstruo marino que se embarca en grandiosas aventuras, cuando decide cruzar la línea del mar, para descubrir la vida humana en un hermoso pueblo costero de la Riviera italiana.
Enrico Casarosa, director del largometraje, nació y se crió en Génova, Italia. Por lo tanto, quiso rendir homenaje a su infancia al crear Portorosso, un pueblo ficticio inspirado en Cinque Terre, una franja de la costa italiana integrada por cinco pueblos milenarios.
Para embeberse del espíritu de Cinque Terre, el equipo a cargo de Luca hizo un viaje de investigación a la costa italiana, donde visitaron diferentes pueblos de la zona para conocer en profundidad las tradiciones que el director vivió de cerca durante su infancia.
La historia cuenta con símbolos y elementos que permiten ubicarla temporalmente. “Siempre pensé que había algo encantador sobre la edad de oro italiana: los años 50 y 60. El cine y la música de esa época son icónicos y especiales”, señaló Casarosa en un reportaje para Disney.
La Vespa: una reliquia italiana que motoriza la historia de Luca
El deseo de tener su propia Vespa es lo que moviliza a Luca y Alberto a competir por la Copa Portorosso, una competencia en la que el premio es el dinero que necesitan para comprar la motocicleta.
Hablamos de una antigua firma de motos arraigada fuertemente en la cultura italiana. La Vespa fue desarrollada en la década del 40 por Enrico Piaggio, dueño de la compañía Piaggio, y el ingeniero aeronáutico Corradino D'Ascanio.
Ellos buscaban una alternativa más cómoda a los medios de transporte tradicionales, luego de la Segunda Guerra Mundial. Al igual que en la película, esta clásica moto italiana es sinónimo de libertad para quienes comenzaron a utilizarla en esa época.
Gelato y pastas son los guiños a la gastronomía italiana que encontramos en Luca
Luca y Alberto, dos monstruos marinos que desconocen los hábitos alimenticios de los humanos, aprenden con el tiempo a “enrollar” la pasta con el tenedor. En principio, los amigos degustan los “Trenette al pesto”, el plato por excelencia de Massimo Marcovaldo, el padre de Giulia.
“Canelones, penne, fusilli, trofie, incluso puede ser lasaña”, le advierte Giulia a Alberto cuando comienza a prepararse para competir en la Copa Portorosso en donde, justamente, uno de los retos es terminar un plato de pasta en el menor tiempo posible.
En paralelo, la presencia del gelato (helado en italiano) en cono se hace fuerte desde que los amigos ponen un pie por primera vez en el pueblo costero.
“¡Santa mozzarella!” y "Piacere Girolamo Tromboleta": las ingeniosas expresiones italianas que descubrimos en Luca
El “ciao”, que en italiano se utiliza indistintamente para decir hola y adiós, se vuelve recurrente en varias escenas de la película. Sin embargo, existen otras expresiones que se repiten y demuestran el guiño de los creadores al idioma.
“¡Santa mozzarella!”, exclama Giulia cada vez que se ve sorprendida o emocionada por alguna situación en especial. La ingeniosa expresión, que por momentos parece no tener mucho sentido, hace alusión a un tipo de queso originario de la cocina italiana.
Por último, la frase “Piacere Girolamo Tromboleta” es dicha por Alberto en algunas ocasiones a Luca y no encuentra una traducción exacta al español. En ese sentido, Casarosa fue el encargado de explicar que se trata de una broma entre niños, la cual significa “Gusto en conocerte, mi nombre es Trombón Retorcido”.